lunes, noviembre 19

Emoción, intriga, nervios y unas ganas inmensas de besar aquellos labios.
Bailes, risas, tequilas y algún que otro dejar caer que la cosa era mutua.
Hasta que sucedió lo irremediable... y me surmergí en el mejor beso, en las mejores caricias, en los roces más sentidos que nunca, en los abrazos interminables y los labios más irresistibles, de los que era imposible despegarse.
Una mano que me aferra, me sostiene, me apoya, me empuja, me frena, tira y saca lo mejor de mí.
Unos brazos que me siguen estrechando con fuerza un año después, como la primera vez.
Una sonrisa que lo dice todo, y unos ojos que acompañan a los míos allá donde van.
Gracias por ser tanto :)