martes, febrero 2

Ese último suspiro.
El último aliento de una vida que se escapa.
Agarrarte esa mano que recibía sus últimos impulsos de sangre por los capilares.
Abrazar tu cuerpo inerte. Llorar juntos al ver que te vas.

Quererte tanto y pensar que estarías muy orgullosa de mí aquí, siempre contigo cerca. De las estrellas no desapareces.

Echo de menos enviarte postales. Pero no llegan al cielo.