Nudo en la garganta. Lágrimas que luchan contra corriente para no salir. Ojos borrosos.
Se agolpan en la batalla... Se acumulan rezagadas en los bolsillos de los ojos.
Y al final, cuando crees que lo has conseguido, cuando piensas que ya se han reabsorbido, caen rendidas, afloran miedosas, corren por tu mejilla. Son saladas... como a veces su boca.
Las pocas lágrimas reabsorbidas bajan por la nariz. Pañuelos húmedos testifican que al final siempre ganan ellas... de una forma o de otra. Y te hacen ganar.
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