domingo, octubre 21

Escena Biblioteca

Este cacao de labios me recuerda a mayo y junio. Lo compré confundido. Y ahora, 4 meses sin usarlo, lo pruebo de nuevo y me siento como aquellos días, a las 3 de la tarde saliendo de casa para estudiar en aquella biblioteca.

Llego, entrego mi carnet de estudiante, me dan la tarjeta de asiento. Busco mi sitio... Ocupado. Busco otro sitio que no me disguste tanto, con luz, con vistas, y con un compañero de mesa medianamente normal.
Me siento... Me gustan estas sillas con ruedas. Mejor que en mi habitación. No me hace falta el flexo.
Cojo los tapones... los aplasto. Sonrío. Tengo ganas de que lleguen las 8 para irme.
Me desato las zapatillas. Saco los apuntes, la pintura amarilla de subrayar, el cacao de labios y el móvil para ir viendo pasar las horas hasta las 8.
Se sienta en la mesa de enfrente el chico que siempre está sentado enfrente, aunque algún día alguno tenga que cambiar de sitio.
Empiezo. Letras, reacciones, fotocopias.
Necesito ir al servicio.
Y comerme el bocadillo. Lo hago fuera esta vez, y siempre saludo a alguien que sale a fumar.

Vuelvo... no me concentro. El mp3 me ayuda con la música de Conchita. Pero también me da más ganas de que lleguen las 8.
Siete y cuarentaycinco... vuelvo a ir al servicio. Ya no merece la pena volver a sentarse... Ya casi son las 8.
Entrejo mi tarjeta de asiento. Me devuelven mi carnet de estudiante.
Salgo con mi mp3, muy lentamente a pesar de las ganas que tengo de sentirme invasora de espacios...

Y lo consigo. Poco después la tarde de estudio intensivo ha merecido la pena.
La dosis perfecta de todo lo necesario para que estar de exámenes, al fin y al cabo, no sea tan duro.
No quiero volver a estar de exámenes... Pero quiero volver a esa misma biblioteca con la misma ilusión de entonces :)

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