Existe lo de levantarte por la mañana e ir contenta a trabajar. Existe.
Porque estabas tú. Y lo disfruté mucho, y no quería que acabara.
Me encanta que me digas que nunca me has visto triste, que soy una persona que te alegra cada vez que entro por la puerta, y que para ti también fue un placer trabajar con alguien así que transmite tanta alegría.
Aunque sí, fui muchos días muy triste... pero es que la rotación contigo me sirvió para mucho más que para aprender las competencias profesionales. Y fueron unos meses complicados, pero salí de allí renovada.
Y que vuelva a verte y acabemos llorando en tu despacho explica muchas cosas y hace que sobren palabras.
jueves, enero 22
sábado, enero 17
Estoy cansada de conflictos de comunicación con personas variadas.
Pero ya este último me supera. Y me hace llorar. Mucho. No sé si me decepciona o ya qué es.
Pero duele, duele mucho cuando tras varios momentos de ponerlo en bandeja, cuando después de preocuparme, cuando se tiene la oportunidad perfecta... hay cosas más que importantes que no se dicen y totalmente sin querer te enteras después.
Sospechas que fueron realidad. Incluso quizás alguna vez fui tanteada. Se siente horrible ya no saber de qué te puedes fiar.
Y duele. Y me hace llorar. Más. Porque eres tú. Y porque ahora ya sí no veía razón para esperármelo, después de quitar cerrojos.
Pena.
Y deseo de que dejen de pasar estas cosas ya... porque no estoy segura de hasta dónde puedo llegar. Y no quiero estas inquietudes. Ni menos kilos. Ni sonrisas que no son del todo.
Pero ya este último me supera. Y me hace llorar. Mucho. No sé si me decepciona o ya qué es.
Pero duele, duele mucho cuando tras varios momentos de ponerlo en bandeja, cuando después de preocuparme, cuando se tiene la oportunidad perfecta... hay cosas más que importantes que no se dicen y totalmente sin querer te enteras después.
Sospechas que fueron realidad. Incluso quizás alguna vez fui tanteada. Se siente horrible ya no saber de qué te puedes fiar.
Y duele. Y me hace llorar. Más. Porque eres tú. Y porque ahora ya sí no veía razón para esperármelo, después de quitar cerrojos.
Pena.
Y deseo de que dejen de pasar estas cosas ya... porque no estoy segura de hasta dónde puedo llegar. Y no quiero estas inquietudes. Ni menos kilos. Ni sonrisas que no son del todo.
miércoles, enero 14
Hay días buenos.
Días tranquilos.
Días en la mierda absoluta.
Lo mismo pasa con las noches.
Como por ejemplo.
Días tranquilos.
Días en la mierda absoluta.
Lo mismo pasa con las noches.
Como por ejemplo.
martes, enero 13
lunes, enero 12
domingo, enero 11
Que sea tan fácil.
La regla de los 3 segundos.
Y dar igual el alrededor. Bailar casualmente al ritmo de la misma canción en la mente. Risas.
Espontaneidad y diversión... y los 3 segundos otra vez.
Morir de sueño.
Y saber cómo me gustaría dormir muchas noches.
La regla de los 3 segundos.
Y dar igual el alrededor. Bailar casualmente al ritmo de la misma canción en la mente. Risas.
Espontaneidad y diversión... y los 3 segundos otra vez.
Morir de sueño.
Y saber cómo me gustaría dormir muchas noches.
jueves, enero 8
miércoles, enero 7
A veces, sin querer, me sigue sorprendiendo la tolerancia infinita para las cosas ajenas pero cómo se va al carajo cuando toca cerca.
martes, enero 6
Un mapa del mundo para ir rascando países visitados.
Lonely traveller.
Otros de la mano.
Otros... soñando.
A veces el mundo está bajo tus pies y cada día podrías rascar y descubrir un cachito nuevo.
Lonely traveller.
Otros de la mano.
Otros... soñando.
A veces el mundo está bajo tus pies y cada día podrías rascar y descubrir un cachito nuevo.
domingo, enero 4
Puedo estremecer con algunas caricias, aunque no todas lleven intrínseca la misma complicidad.
Te hablo, me haces reír. Fácil, sólo falta un cuándo. Decisión sin titubear. Me dices lo bonito que es, así, visto desde aquí, en blanco y negro. Respingonas. Con nada que sobre ni que falte. Las palmeritas con chocolate blanco. Sed. Hablamos y hablamos, sin solucionar nada, pero desterrando el miedo, siempre. Luego quizás seas la persona más miedosa, pero por lo pronto lo disimulas con cierta efusividad forzada. Te hablo de Miedo a volar. Ahora sé que seguro está en tu librería desde hace mucho tiempo, y no por ti.
Me pregunto si habría llegado hasta aquí si el saludo hubiera sido diferente. Me das la espalda, me abrazas. Para qué pensar, no hay absolutamente nada que pensar. Cuánta luz.
No parece mágico. Pero sustituye. Como el sexo al chocolate. O al revés.
Te hablo, me haces reír. Fácil, sólo falta un cuándo. Decisión sin titubear. Me dices lo bonito que es, así, visto desde aquí, en blanco y negro. Respingonas. Con nada que sobre ni que falte. Las palmeritas con chocolate blanco. Sed. Hablamos y hablamos, sin solucionar nada, pero desterrando el miedo, siempre. Luego quizás seas la persona más miedosa, pero por lo pronto lo disimulas con cierta efusividad forzada. Te hablo de Miedo a volar. Ahora sé que seguro está en tu librería desde hace mucho tiempo, y no por ti.
Me pregunto si habría llegado hasta aquí si el saludo hubiera sido diferente. Me das la espalda, me abrazas. Para qué pensar, no hay absolutamente nada que pensar. Cuánta luz.
No parece mágico. Pero sustituye. Como el sexo al chocolate. O al revés.