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Qué difíciles se ponen las cosas cuando sigues aceptando lo que te rechaza, lo que quieres está dubitativo y recuerdas el pasado con añoranza de que vuelva a ser presente y no tengas que sopesar nada más.

El pasado con añoranza de que vuelva a ser presente.

O un nuevo presente con nuevos protagonistas, a veces no es más que eso lo necesario.

Y... ¿qué es lo necesario?
Lo que venga, pues cansada estoy de no saber qué anhelar.

Feria medieval

Multiculturalidad.
Estoy trabajando en una feria medieval vendiendo cosméticos naturales de aloe vera.
Es genial el ambiente que se respira, la mezcla de culturas, el trato con los que llevan los demás puestos.
Es genial observar las peculiaridades de la gente.

Me encanta, lástima que sólo queden 3 días.

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Me gustaría escribir sobre lo bien que me lo pasé en Malta, o en el pueblo, o sobre el conjunto del verano.

Pero no puedo menos que recordar a María, Javi, Zenaida, Pedro e Isaac, que un 20 de Agosto montaron en el MD-82 rumbo a Canarias para bautizar al niño.
Su viaje empezó y terminó en Barajas. El maldito avión que nunca llegó a su destino y, sin embargo, se llevó la vida de mi amiga María, su hermano, su novia, el bebé de ambos y otro amigo más.

En el pueblo siempre los recordaremos. Siempre los echaremos de menos.

María siempre será esa tercera kinta con la que compartimos aquel 2006, una vez en la vida, una vez en el carro, una vez se es quinto. Nely y yo siempre la tendremos entre nosotras. Éramos sólo tres junto a los catorce chicos.

Y los recuerdos van llegando, algunos días, de cuando éramos pequeñas, de los veranos con las abuelas, de que siempre lloraba cuando se iba al final del verano del pueblo, porque no quería dejarlo y volver a Madrid.

Esta vez no se irá del pueblo, ya nunca más, allí para siempre.

Un trocito de cada corazón se fue con vosotros.