Todo va, viene. Viajes, lluvia, apuntes que faltan, clases sin asistir, prácticas de hospital por empezar. Risas, no lágrimas! Hace mucho que no afloran.
Aunque siga echando de menos. Aunque a veces siga sin encontrarme, o sin saber cuál es mi sitio, o sin querer entender.
Para colmo un catarro me condena a hipoventilar, no saborear ni oler y estar continuamente prendida de un paquete de pañuelos.
Llegarán semanas mejores.
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