A veces me encantaría soltarlo todo y ver la reacción. Pero no.
Recuerdo una historia escrita entre dos, narrando escalones de un esbozo de historia de amor. Llegó a su fin.
Me gusta llegar borracha a casa y escribir en un papel lo primero que se me pase por la cabeza. No sé mentirme. No a mí.
Y sí, quiero perder la noción del tiempo y del espacio eternamente mientras dure. Y dejarnos llevar. Y hacerlo mágico.
Que podamos recuperar un recuerdo de algo especial, de algo ingrávido, no de algo inestable, sucio, intangible.
Querernos, al fin y al cabo. De mil maneras.
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