Durmiendo sola se disfruta de un sueño más profundo.
Pero despertarme en mitad de la noche y vislumbrar tu silueta a mi lado me llenaba de ganas de que fuera eterna, de que el amanecer tardara en llegar dos horas más de lo habitual; de que te girases y me dieras calor mientras alguna parte de nosotros se apoyaba cómodamente en el otro.
Este viaje han sido muchas cosas.
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