lunes, noviembre 19

Emoción, intriga, nervios y unas ganas inmensas de besar aquellos labios.
Bailes, risas, tequilas y algún que otro dejar caer que la cosa era mutua.
Hasta que sucedió lo irremediable... y me surmergí en el mejor beso, en las mejores caricias, en los roces más sentidos que nunca, en los abrazos interminables y los labios más irresistibles, de los que era imposible despegarse.
Una mano que me aferra, me sostiene, me apoya, me empuja, me frena, tira y saca lo mejor de mí.
Unos brazos que me siguen estrechando con fuerza un año después, como la primera vez.
Una sonrisa que lo dice todo, y unos ojos que acompañan a los míos allá donde van.
Gracias por ser tanto :)

2 comentarios:

M dijo...

:D
(Llego tarde, lo sé ;))

Pablo Ballesteros dijo...

como nos estamos yendo despacito...
abrazos desde esta esquina.
No se el motivo por el que ahora he dejado de ser pablo ballesteros para ser Sociales. La vida está llena de misterios