lunes, julio 14

5 horas sin un guiño y me parecen un mundo. Que la vida cambia, con sus correspondientes vueltas sin control.
El corazón encogido. Se me encoge el alma con sólo pensarlo y la realidad lo aplasta sin miramientos.
Se trata de perder. O de reorganizar. O de recuperar. O de ganar.
Se trata de  llorar sin mesura cuando los recuerdos apremian o cuando la memoria no consigue ser selectiva. De rabia, de impotencia. Al final todo es siempre.
De sentirse desubicada en un sitio ya no hecho a medida. De querer poder y fallar el objetivo. De querer escapar y faltar la compañía. De querer soñar y faltar el contenido.
Se trata de ti. Y de mí por extensión.

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