Hay que echarle huevos a las cosas, dicen...
Pero las cosas a veces te superan.
O te salpican.
O te absorben.
O, simplemente, crees que tu lugar es estar ahí, con más o menos empatía.
Sólo sé que espero dos buenas noticias.
Quiero dos buenas noticias.
Necesito dos buenas noticias.
Tanto como respirar para poder seguir haciéndolo.
Y volvemos a la espera... esperando cosas buenas.
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