domingo, enero 31

Nada

Ya no tengo la necesidad de expresarte como antes.
Desaparecen el infierno y la infamia para devolver, de paso, las ganas de vivir.
Todo gracias a una ilusión que puede que sea mentira pero que consigue llenarme los días de aire renovado siempre que no me asalten noticias de otro lado.
Y que sea capaz de escuchar música sin llorar. De pasar tardes sin llorar, mañanas sin llorar.
Y con ganas, con muchas ganas.
Porque ya no tengo la necesidad de expresarte como antes. Ni la quiero tener para seguir aportando nada.

No hay comentarios: