domingo, noviembre 7

Tercer despertar: mar.


Donde el horizonte es un hilo de cristal.
Lo más al sur. Tan sur, que se trataba de la isla del delirio.

De nuevo soledad absoluta en una paz en la que echaba de menos alguna que otra mirada cómplice.
De nuevo darme cuenta de tantas cosas. De nuevo no echar de menos ser tocada y hundida.

De pronto, ser capaz de tomar decisiones importantes para sentirme libre de no seguir tropezando con la misma historia.

1 comentario:

Quijo - Meli Polo Fdez dijo...

Esa soledad que nos hace llegar a nosotros mismos...

Un abrazo :)