jueves, noviembre 4

Primer despertar: tierra.


Viena, primera noche de mi aventura de emancipación parental veraniega. País nuevo. Sola. Metro raro. (Menos mal que tienen euros). Piso de estudiantes donde paso la noche y olvido mi cargador del móvil (oh! un mes sin móvil!... ¡qué maravilla!).
Viena, últimas noches de mi aventura de búsqueda de otra realidad.
Cuaderno, ticket de metro, paseos y soledad. Absoluta soledad por las calles de una ciudad desconocida. Curioseando, escribiendo, conociendo a gente curiosa y dando caramelos a niños negritos en un parque.

Hasta encontrarme. Por ver a un hombre llorar. Por compartir. Por entender otro dolor. Por ser capaz de entender tanto que no hiciera falta más que tocar y sentir. Para encontrarme.

Soledad, compartir y encontrarse.
Viena, primer paso para salir de una pérdida de meses. Primer premio tras muchos intentos.
Paz, eso es lo que era.

No hay comentarios: