miércoles, septiembre 20

Inmigración

Norte… mirada infinita cargada de promesas, esperanzas y sueños que se quedarán en nada. Vientos del sur que los empujan a un sueño europeo durante toda su vida con la ilusión de cumplirlo algún día y tener un futuro menos incierto.

Cuando los recién llegados son pocos, la acogida es más fácil; pero cuando el número aumenta, el clima se deteriora aflorando la sensación de inseguridad y rechazo, quizás causada por el miedo a lo desconocido… quizás por un racismo proliferante, ante el cual quien no actúa se convierte en cómplice, ya que éste está lamentablemente aún vigente. Todo esto me lleva a afirmar que el problema de la inmigración es en el fondo una cuestión más social que económica en la Europa actual. Pero lo cierto es que debido a la gran caída de la natalidad que experimenta Occidente, la entrada de los inmigrantes se ha convertido en una realidad necesaria: un pueblo que se niega a tener hijos tendrá que acogerse a la resignación de que otros ocupen su lugar, indispensable para seguir manteniendo las estructuras económicas y sociales.

Sentirse parte del problema y, por tanto, de la solución, podría cambiar las actitudes de todos enfocándonos hacia una solidaridad cotidiana y constante, distinta de la solidaridad puntual...

El problema de la inmigración es tarea de todos. No es un asunto de leyes, partidos y gobierno, sino que concierne a toda la sociedad y, como tal, requiere de la movilización de todos, en nuestras manos están gran parte de las actuaciones para mejorar la sociedad actual, ya que, sin perder de vista la contingencia de la que hablaba Tomás de Aquino, “ las personas, por el mero hecho de existir habiendo podido no existir, tenemos una relación fundamental: ser hermanos en la existencia ”.

En plan resumen... vuelvo con uno de mis temas sociales :) Un saludo!

No hay comentarios: