miércoles, abril 13

A veces nos quejamos de estrés...

Imagina que un día, al levantarte, todo está parado y no ves a nadie a tu alrededor. Intentas encender la luz, pero no funciona. Tampoco hay sintonía en la radio. Te encoges de hombros y sales a la calle. Allí está todo en orden, los coches bien aparcados, los escaparates bien ordenados, pero… no hay gente. Los supermercados están abiertos, y los bares, y las tiendas de moda, pero nadie despacha, nadie te vigila. Te frotas las manos contento y piensas que, por fin, puedes conseguir todo sin dinero. Por un momento echas de menos a tus amigos, pero sólo por un momento, porque piensas que ahora, con todas las cosas a tu servicio, puedes disfrutar de lo lindo. Entras en una discoteca y no hay nadie, no merece la pena estar allí solo. Las salas de cine están abiertas, pero la pantalla en blanco. Empiezas a aburrirte y decides volver a casa a ver la televisión, pero la pantalla permanece en negro. Desesperado, te levantas, abres la ventana y gritas en espera de respuesta, pero nadie te contesta. No hay respuesta, dentro y fuera todo es silencio, soledad… y así un día y otro. Aún aunque existan libros, serías capaz de vivir así?
Felicidad = actividad… (Aristóteles)

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