Diversión desinteresada, ir a tu bola, salir con quien quieres sin dar cuentas a nadie, compartir horas de sábado con un grupo de amigos que te hacen reír, con quienes siempre te lo pasas bien, y sin ningún compromiso cimentado de esos que todod sabemos que cuando se rompen estropean algo el grupo de amigos...
Así fue mi sábado ayer. Una noche sin ningún ingrediente especial por lo que deba recordarla, pero que precisamente por eso me siento satisfecha, porque la recuerdo en general sin haber nada especial por qué catalogarla.
De sobra se sabe que me gustan los surrealismos. Pero días así también quedan en el recuerdo, y tienen aún más mérito...
Que poca concentración se consigue con mi madre al lado viendo la tele... dichosa caja tonta.
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